viernes, 31 de julio de 2020

La Porciúncula y los 800 años de la crisis de los origenes


Hace 800 años, en la Porciúncula, Francisco de Asís renunciaba a la conducción de la fraternidad. Un gesto simbólico que habla de su decisión firme de servir con el ejemplo  pero también habla de sus límites personales en cuanto organizador y gestor. Tanto a nivel personal como a nivel comunitario, la crisis que se desencadena en 1220 va re-configurando profundamente a Francisco y a la naciente Orden. La gracia de los orígenes está también derramada en el turbulento y dinámico proceso de re-configuración en la fisonomía de la fraternidad y en la fisonomía interior del fundador… Crisis que fue también gracia. Crisis que merece ser recordada, celebrada, agradecida. ¡Hagamos jubileo de la crisis de los orígenes!

Hace 800 años, en 1220, en la pequeña iglesia de la Porciúncula, Francisco de Asís renunciaba a la conducción de la fraternidad durante el capítulo de octubre… Un gesto simbólico muy elocuente que habla de su decisión firme de servir con el ejemplo y de dedicarse a dar forma definitiva a la regla de vida, pero también habla de sus límites personales en cuanto organizador y gestor.

En el año anterior, el encuentro con el sultán en oriente fue un paso tremendo en la historia de amistad y fraternidad de la humanidad, pero un fracaso en lo inmediato… Al regreso a Italia, la evolución de la fraternidad de Hermanos Menores con apenas unos 12 años de vida se impone… por el número (más de 3000 en este momento, pronto llegarán a 5000), por la diversidad de motivaciones, por la calidad vocacional, por las mentalidades tan diversas… Francisco pide ayuda al Papa Honorio y se confía en la guía de la Iglesia. Surgirá la figura del cardenal protector. Se regula el año de noviciado y una formación. Se custodia la estabilidad, impidiendo la salida luego de la profesión. El cambio de mentalidad se impone velozmente.

Al llegar Francisco a la Porciúncula, se encuentra con un nuevo edificio construido para los hermanos de piedra y tejas, sólido, estable, solemne… símbolo de las adaptaciones a los nuevos tiempos de una familia religiosa que quiere ser como las otras, convertirse en una Orden. Su reacción es elocuente…subido al tejado comienza a tirar las tejas…

En el Capítulo se experimenta la tensión entre ideal y pragmatismo, novedad y tradición, intuición y erudición… Francisco se ve superado. Renuncia al cargo de Ministro, sugiere en su lugar a Pedro Cattani, su segundo compañero y amigo entrañable, que participó de la inspiración de los orígenes. Pero a cuatro meses de su elección Pedro muere repentinamente.

Podemos conjeturar la dimensión de la crisis personal que se va desarrollando en Francisco. Algunas pistas nos dan sus biografías, que nos hablan de una fortísima tentación que le quitó la alegría… En estos años venideros se renueva el discernimiento sobre la idea de retirarse definitivamente a un eremitorio… en este tiempo se experimenta en carne viva lo que narra el relato de la verdadera alegría: “Vuelvo de Perusa y, ya de noche avanzada, llego aquí; es tiempo de invierno, todo está embarrado y el frío es tan grande, que en los bordes de la túnica se forman carámbanos de agua fría congelada, que hacen heridas en las piernas hasta brotar sangre de las mismas. Y todo embarrado, helado y aterido, me llego a la puerta y, después de estar un buen rato tocando y llamando, acude el hermano y pregunta: -¿Quién es? Yo respondo: -El hermano Francisco. Y él dice: -Largo de aquí. No es hora decente para andar de camino. Aquí no entras. Y, al insistir yo de nuevo, contesta: -Largo de aquí. Tú eres un simple y un paleto. Ya no vas a venir con nosotros. Nosotros somos tantos y tales, que no te necesitamos.” (otros textos dan cuenta de algo de la dimensión de su crisis personal LP 63; LP 112 ).

A nivel comunitario, el proceso de re-configuración de la fraternidad avanza a hacia la constitución de  una Orden que necesita tener clara su identidad… La Regla debe ser urgentemente definida. Francisco despierta a su rol de "fundador", y como tal mediador de un carisma en la Iglesia: “el Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio, y lo hice escribir en pocas palabras y el señor Papa me lo confirmó”…

De los textos de la forma de vida inicial, en cada reunión de los hermanos se fueron agregando y puliendo elementos… ahora, con ayuda de un biblista Francisco dará forma a lo que hoy conocemos como la Regla no bulada… (eufemismo que utilizamos para referirnos a la regla rechazada por el capítulo, la regla no aprobada por los hermanos). Las quejas se suceden: "Muy larga, muy espiritual, muy imprecisa… muy exigente, tal vez considerada muy ideal y poco realista. Rápidamente Francisco debe recomponer la regla con la ayuda de un canonista y llega en 1223 al texto más breve pero también más incisivo que será aprobado por los hermanos y luego confirmado con la bula papal.

Tanto a nivel personal como a nivel comunitario, la crisis que se desencadena en 1220 ha re-configurado las cosas… Francisco ya no será el mismo y la fraternidad tampoco. Profundizar en las claves de cómo se transitó esta crisis en los dos niveles (Francisco y los hermanos, personal y comunitario) puede ser muy inspirador para nuestro tiempo critico… La gracia de los orígenes está también derramada en el turbulento y dinámico proceso de re-configuración en la fisonomía de la Orden y en la fisonomía interior del fundador… Crisis que fue también gracia. Crisis que merece ser recordada, celebrada, agradecida. ¡Hagamos jubileo de la crisis de los orígenes!

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