jueves, 21 de noviembre de 2019

Ratio formationis para las contemplativas



Este año, la Jornada pro Orantibus se caracteriza por la presentación del documento "El arte de la búsqueda del rostro de Dios. Directrices para la formación de las contemplativas". Es la primera "Ratio" que se hace para la vida contemplativa femenina. Varias monjas contemplativas colaboraron en ella, teniendo en cuenta los documentos anteriores: la constitución apostólica Vultum Dei quaerere (VDq) del Papa Francisco y la instrucción de aplicación Cor orans (Co), redactada por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y el sociedad de vida apostólica.

Una pregunta que puede surgir de una profunda reflexión a nivel personal y fraterno o comunitario podría ser: ¿por qué un Ratio elaborada por el dicasterio para mujeres que viven la vida contemplativa? La respuesta es simple: no hay razones ocultas, sino sólo la necesidad de ofrecer algunas coordenadas que permitan tener siempre en cuenta los fundamentos de la llamada, el significado de la vocación, para ser testigos a través de la vida contemplativa de lo que es realmente esencial y verificable. La formación es esencial para el crecimiento de la persona y, por lo tanto, para el presente y el futuro de la vida consagrada contemplativa. No hay vida contemplativa sin una adecuada formación permanente e inicial.

Por esta razón, en el documento se trazan lineas orientativas. Por esta razón, la Ratio considera la formación como un instrumento para alcanzar un "desarrollo integral de la persona" y, a través de una formación humana y espiritual, para alcanzar la plena madurez en Cristo. El cuidado de la dinámica formativa nutre la mente, ensancha el corazón, nos permite ir más allá de nuestros patrones espirituales, a veces limitados, para abrirnos a los vastos horizontes revelados por la acción del Espíritu. Es por eso que se trata de implementar un proceso artesanal, como le gusta decir al Papa Francisco, que requiere "un amplio espacio de tiempo" (Vita consecrata [Vc], 65).

La Ratio, de forma orgánica, presenta los principios y normas de formación. En este sentido, es una herramienta que ayuda, a nivel personal y comunitario, a superar la fragmentación de la vida, favorecer el cambio profundo de la persona y su unificación, encarnar y presenciar fielmente su propio carisma en el monasterio, en la Iglesia, en la sociedad.


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