viernes, 21 de agosto de 2020

Fidelidad y perseverancia, don y alegría. Nuevo documento de la CIVCSVA

 

Fidelidad y perseverancia, don y alegría. 

Orientaciones para los consagrados.

No toda perseverancia en la vida consagrada es un indicador de fidelidad a la vocación. Y no siempre la fidelidad al llamado se verifica en la perseverancia en la institución o en una forma de consagración. Las numerosas “salidas” de religiosos y religiosas, a veces dolorosas y descriptas como una “hemorragia” en la Vida Consagrada nos lleva a re-pensar el significado de la fidelidad al proyecto de Dios hoy y el sentido de la pertenencia a las Congregaciones y Órdenes religiosas.

Unas nuevas “Orientaciones” de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica firmadas el 2 de febrero de 2020, buscan motivar esta “reflexión”, como mirada profunda sobre nosotros mismos consagrados en el contexto actual. Tienen por título “El don de la fidelidad, la alegría de la perseverancia.” Y el sugerente subtitulo de la palabra evangélica: “Permanezcan en mi amor”.

Los numerosos abandonos de hermanas y hermanos consagrados (más de 3000 cada año) son un síntoma que nos debería llevar a evidenciar las causas más profundas del malestar y en particular en la metamorfosis cultural en este “cambio de época” y su influencia en la vida consagrada.

La primera parte del documento se titula “La mirada y la escucha”. Aquí se nos invita a una actitud de acoger la realidad con humildad y apertura para entender no únicamente los síntomas sino sus causas. Se constata las formas de malestar actual, la incertidumbre y desorientación por la crisis de los institutos y la inadecuada valoración de las dificultades. Luego se intenta interpretar las necesidades en vistas a convertir las dinámicas de la vida consagrada. Se habla de los procesos de construcción de la identidad, del oscurecimiento de la fe en el contexto actual, con un modo distinto de entender y vivir el celibato. Entre los temas tocados, se hace referencia a la “fidelidad líquida”, a las relaciones interpersonales y comunitarias difíciles, a la soledad del consagrado, a la gestión del mundo digital y a la relación con el poder y las seguridades económicas.

En la segunda parte llamada “Reavivar la conciencia”,  se nos invita a dejarnos iluminar a partir de la Palabra de Dios y de la teología de la Vida Consagrada, sobre el sentido de la fidelidad y la perseverancia, y  a tomar conciencia de su dinámica en los procesos donde el discernimiento y el acompañamiento son claves fundamentales. Se destaca la dimensión comunitaria no solo como apoyo para el discernimiento personal, sino como un estilo acogedor y fraterno que acompaña y sostiene la perseverancia en los momentos difíciles.

La tercera parte trata de la normativa canónica y la praxis concreta para la “Separación del instituto”. Luego de la reflexión sobre la realidad de los abandonos y las motivaciones teológicas y espirituales de la perseverancia, se pasa a describir con exactitud las diferentes modalidades de separación de la vida consagrada: el permiso de ausencia, la exclaustración, el indulto de salida y la expulsión del instituto. Resulta un protocolo de procedimiento práctico útil a la hora de afrontar canónicamente las situaciones concretas de los hermanos en dificultad.

La Conclusión nos ofrece una hermosa reflexión sobre el sentido de “permanecer en el amor” como única manera de combinar la fidelidad y la perseverancia. “Para evitar el drama del abandono del discipulado o de la posible esterilidad de la vocación, los discípulos están invitados con insistencia a permanecer. Este verbo tan apreciado en el cuarto evangelio, remite al deseo y al compromiso constantes de corresponder al amor de alianza y adherirse al estilo de Cristo.” n.104.

“Quien se marcha debe plantearse serias preguntas sobre los porqués de la pérdida del sentido de la propia opción vocacional, y quien permanece, sobre la coherencia de su permanecer, así como sus posibles implicaciones en las causas de alejamiento y enfriamiento de la perseverancia de quien se ha marchado. Todos somos recíprocamente responsables…” n.99.

“No es posible eludir la prueba, pero es necesario vivirla con amor, reforzando principalmente la unión con Cristo y haciendo de ella un ulterior aprendizaje de la entrega de sí.” n. 105

Estas Orientaciones resultan un precioso aporte para todos los religiosos, pero es especialmente valioso para los responsables de la animación y servicio de autoridad en la vida consagrada quienes deben acompañar y ayudar a discernir en tantas y tan diversas circunstancias el camino de fidelidad.

 

Aquí encontrarás el Documento:

https://drive.google.com/file/d/1Gud_-GU18O6df42SbdhzshNN-oMvmZo0/view

Aquí podrás ver la presentación del mismo con un panel de religiosos y religiosas expositores:


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