sábado, 15 de septiembre de 2018

palabras espontáneas del Papa


Discurso improvisado del Santo Padre

Hay aquí un discurso preparado, pero es demasiado formal para compartir con ustedes Capuchinos; será entregado al Padre General… Esto es lo oficial, pero prefiero hablarles así, desde el corazón. A ti [se dirige al neo-elegido Ministro general Fray Roberto Genuin] te deseo lo mejor: Eres el cuarto general que conozco. Antes he conocido a Flavio Carraro, con quien hemos sido compañeros en el Sínodo del '94; luego, a John Corriveau, que nos ha robado un buen Capuchino de Argentina para hacerlo Consejero, pero después me vengué y fue hecho Obispo [se ríe, se ríen]. Luego Mauro [Jöhri], un buen suizo , que ha llevado adelante las cosas con sentido común - buen sentido-, con sentido de lo concreto, de la realidad; y, como todos aquellos que saben hablar diversas lenguas pero también el dialecto, es uno que desciende en los detalles de la vida. Y ahora tú, el cuarto. Les deseo lo mejor [a él y a los nuevos Consejeros].
Esta mañana pensaba en ustedes. Hay una palabra que tú has dicho en tu discurso: en primer lugar los Capuchinos son "los frailes del pueblo". Es una característica de ustedes: la cercanía a la gente. Ser cercanos al pueblo de Dios, vecinos. Y la cercanía nos da la ciencia de la concreción, la sabiduría - es más que ciencia: es una sabiduría. Cercanía a todos, pero sobre todo a los más pequeños, a los más descartados, a los más desesperados. Y también a aquellos que se han alejado. Pienso en fray Cristóforo (personaje de “Promessi sposi” de Manzoni), al "vuestro" fray Cristóforo. Cercanía: esta palabra me gustaría que quedara en ustedes, como un programa. Cercanía al pueblo. Porque el pueblo tiene un gran respeto por el hábito franciscano. Una vez el Cardenal Quarracino (su antecesor como arzobispo de Buenos Aires) me decía que, en Argentina, a veces algún “mangiaprete” (anticlerical) dice alguna palabra vulgar a un sacerdote, pero nunca, nunca un hábito franciscano fue insultado, porque es una gracia. Y ustedes, Capuchinos, tienen esta cercanía: consérvenla. Siempre cercanos al pueblo. Porque son los frailes del pueblo.




Recientemente, en Irlanda [en Dublín], he visto su obra con los más descartadas y quedé conmovido. Y una hermosa palabra que ha dicho el Superior de aquella casa, el anciano fundador, fue: "Nosotros, aquí, no preguntamos de dónde vienes, quién eres: eres Hijo de Dios". Esta es una de las características. Entender bien a las personas, intuitivamente, sin condiciones. Tú entra… luego veremos. Y es un carisma de ustedes, la cercanía, consérvenlo.
Luego, otra cosa típica de los Capuchinos: son hombres capaces de resolver conflictos, de hacer la paz, con aquella sabiduría que viene precisamente de la cercanía; y sobre todo hacer la paz en las conciencias. Ese "aquí no se pregunta, aquí se escucha", que he dicho de ese Capuchino irlandés, ustedes lo ejercitan tanto en el sacramento de la Confesión y la penitencia. Ustedes son hombres de reconciliación. Recuerdo su Iglesia en Buenos Aires: tanta gente, de toda la ciudad, iba a confesarse allí. Porque estos te escuchan, te sonríen, no te preguntan cosas y te perdonan. Y esto no quiere decir ser "de manga ancha", no, esta es sabiduría de reconciliación. Conserven el apostolado de las confesiones, del perdón: es una de las cosas más bellas que tienen, reconciliar a la gente. Tanto en el sacramento, como en las familias: reconciliar, reconciliar. Y se requiere paciencia para esto, no palabras. Pocas palabras, pero cercanía y paciencia.
Y luego, otra cosa que he visto en su vida: la oración simple. Ustedes son hombres de oración, pero simple. Una oración de tú a tú con el Señor, con la Virgen, con los santos… conserven esta sencillez en la oración. Oren mucho, pero con esta sencillez. Hombres de paz, de oración sencilla, hombres del pueblo, hombres de la reconciliación. Así quiere la Iglesia que sean ustedes: conserven esto. Y con esa libertad y simplicidad que es propia de su carisma.
Les agradezco todo lo que hacen por la Iglesia, les agradezco mucho. Continúen así, continúen así… "a la capuchina"… [se ríen] ¡Gracias!




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