CARTA DEL MINISTRO GENERAL DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS A LAS CLARISAS CAPUCHINAS
Queridas Hermanas,
¡El Señor les dé su paz!
Esta carta está dirigida en primer lugar a vosotras,
hermanas, porque se refiere a vuestra vida. Deseo, ante todo, dar gracias a
Dios por vuestra presencia y testimonio contemplativo, que nos habla de la
búsqueda profunda y total del rostro del Señor. Con vuestra vida sois un don
para toda la Iglesia y especialmente para nuestra Familia capuchina. ¿Qué sería
de nuestra misión sin la ayuda constante de vuestra fiel oración, sin vuestra
presencia discreta y preciosa junto a nosotros?
Quiero, también, ofrecer a vuestra reflexión algunos
pensamientos, consciente de que esto es para vosotras un tiempo particular de
gracia luego de la Constitución apostólica “Vultum
Dei Quaerere” y el inicio de un trabajo particularmente arduo sobre vuestra
legislación fundamental que ahora estáis prontas a comenzar...
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