En agosto de 2023 he podido visitar los monasterios de las Clarisas Capuchinas en Alemania, acompañado del Ministro provincial de los capuchinos, fr. Helmut Rakowski. Hemos recorrido juntos más de 1500 km para encontramos con las hermanas en sus monasterios y diversas realidades.
Senden
Hemos comenzado por el norte del país, en el monasterio de Senden, Münster, Vestfalia, fundado en 1952. Alli la comunidad está compuesta por 13 hermanas, muchas de las cuales han acumulado experiencia en la vida religiosa y en sus largos años. Aunque la comunidad todavía es grande, están discerniendo el mejor modo de brindar asistencia adecuada a las ancianas y reducir la estructura a un lugar que sea adecuado. Muy interesadas en el proceso de la revisión de las Constituciones con preguntas y aportes. Una nota significativa: han acogido solidariamente refugiados ucranianos en la parte de la hospedería externa del monasterio. Esta comunidad ha fundado y enviado hermanas a Indonesia, ahora alguna hermana indonesiana colabora con la fraternidad. A pesar de la disminución de las fuerzas y las crecientes fragilidades, con confianza y alegría ponen su vida en las manos del Señor.
Maria Lind
El monasterio de Maria Lind, Waldfeucht està conformado por 7 hermanas y se encuentra inserto en un Santuario rural dedicado a la Santisima Virgen, con mucha devoción de la gente del pueblo. La antigua capilla del Santuario que contiene una muy pequeña imagen mariana es la meta de oración de los peregrinos de los poblados vecinos. Una iglesia mas grande y moderna acoge tanto las celebraciones con el publico como la recitación de la horas litúrgicas de las hermanas en un sector discretamente separado y definido en torno al sagrario. Rodeadas del campo sembrado y molinos de electricidad, un sendero en el bosque con las 14 estaciones del via crucis es abierto a los visitantes. Este santuario fue confiado a los frailes capuchinos, que luego lo cedieron a las hermanas quienes agrandaron la construcción y adaptaron los espacios. Una comunidad alegre y vivaz, que tiene el especial carísima de la acogida, tanto de los peregrinos cotidianos que comparten las celebraciones y la oración, como de los huéspedes que vienen a días de retiro o descanso.
Mainz
En la ciudad de Mainz o Maguncia, el monasterio de Clarisas Capuchinas está ubicado en pleno centro de la ciudad. En la segunda guerra mundial, en 1945, el edificio fue bombardeado y destruido todo el centro ciudadano. Alli 41 hermanas capuchinas murieron asfixiadas, después de protegerse en los sótanos del edificio, donde permanecieron en oración y adoración del santísimo hasta el final, ofreciendo su vida por el fin de la guerra. Unas pocas sobrevivientes luego pudieron recomenzar la presencia. Originariamente, el monasterio fue fundado en 1860 como Capuchinas de la Tercer Orden de San Francisco, y en 1968 adoptaron la regla de Santa Clara y pasaron a la 2da Orden. La comunidad actual está integrada por 8 hermanas, algunas provenientes del monasterio de Santa Clara de Tier que se trasladaron en el año 2017 y se sumaron a las hermanas de Mainz. La enfermedad y la fragilidad por la edad de algunas de las hermanas no impiden continuar adelante con fuerza y realismo, especialmente en la misión de adoración eucaristica confiada desde el origen de la presencia y hoy compartida con los laicos. Con mucho interés por la revisión de las Constituciones de las Clarisas Capuchinas y por la marcha y desarrollo del carisma en el mundo hemos compartido muchos temas de reflexión.
Gengenbach
En Gengenbach existe la llamada "Haus Bethanien" o Casa de Betania, una bella estructura de residencia para adultos mayores que fue creada por la congregación de Hermanas Franciscanas del Divino Corazón de Jesús para que sus propias hermanas pudieran disfrutar de su vejez en un bello entorno y que luego ofrecen a otras personas mayores. Dentro de esta estructura, en el ultimo piso del edificio, se trasladó en el año 2018 el monasterio de Clarisas Capuchinas para continuar su misión contemplativa con el apoyo de los servicios medicos y el sostén suficiente para afrontar la vejez y la enfermedad. Son 8 hermanas, de las cuales una está en cama con asistencia permanente y las otras 7 son autónomas y pueden continuar con relativa normalidad la vida monastica. Tienen la Eucaristia diaria compartida con las hermanas de la Congregación, su propio oratorio para las Horas litúrgicas, su refectorio, biblioteca, sala de secretaria y las habitaciones individuales con baño adaptado, y una vista panoramica inigualable. Pueden continuar con la separación y clausura contemplativa integradas en la estructura que vela por su bienestar y salud. Una gran alegría las acompaña. Se sienten contentas de la opción que han realizado, y dicen no extrañar nada de lo que han dejado. Reflexionan que han hecho el discernimiento y la decisión en un buen tiempo cuando todavía tienen algunas fuerzas para acompañarse mutuamente. Tienen la certeza que la semilla de la ofrenda sus vidas dará fruto en dónde Dios quiera.
Dingolfing
Hemos visitado el Monasterio de las Clarisas urbanistas de Dingolfing, donde desde hace unas pocas semanas se han integrado dos hermanas Clarisas Capuchinas. La comunidad está ahora constituida por 7 hermanas, de las cuales son 4 polacas y 3 alemanas, de una edad mediana y con fuerzas para continuar la misión. Las dos Capuchinas ya ancianas, hace pocos días han perdido a la tercera del grupo que falleció luego de una larga enfermedad. Ahora se encuentran en una etapa de adaptación a la nueva comunidad.
Nos ha quedado pendiente la visita a las hermanas de Koblenz, ya que no hemos podido ir porque estaban algunas enfermas. Las Clarisas Capuchinas están integradas en una federación común con las Clarisas, que es destacada como una buena experiencia de interrelación, valorando las distintas tradiciones y sobre todo el común denominador del carisma de Santa Clara.
La realidad de las hermanas en Alemania es de fragilidad y esperanza, intentando dar los mejores colores que la gracia del Señor inspira vivir y testimoniar hasta el final. Un atardecer que trasluce la belleza de la vida donada. Un bello signo es la alegría que hemos encontrado en todas ellas.