martes, 19 de marzo de 2019

Barcelona: madre fecunda



El monasterio de las Capuchinas de Barcelona fue fundado en 1599 por la venerable Angela Margarita Serafina Prat. Nacida en Manresa en una familia humilde, luego de enviudar se dedicó ampliamente a las obras de caridad y de oración con el acompañamiento de los Capuchinos recién llegados a Cataluña. Vistió un hábito similar a los capuchinos y agrupó a numerosas jóvenes con el deseo de intensa oración sumada a la actividad social y caritativa. Adornada de dones místicos extraordinarios y de virtudes ejemplares, su fama fue creciendo. Con el apoyo del rey y su esposa, fundó el monasterio de "Santa Margarita, la real". En 1602 Angela emitió la profesión según la fórmula de las Clarisas Capuchinas, e hizo traducir al catalán las Constituciones que observaban en Nápoles y Roma.
  


Con la fama de santidad de la madre Angela, rápidamente crecen las vocaciones y de este monasterio surgen las fundaciones de Gerona, Valencia, Zaragoza, Manresa y Mataró. Así mismo, se extenderán otros hasta poblar el territorio de España, llegando a la isla de Cerdeña y luego en América, fundando en México (1665), en Lima (1713) y en Guatemala (1725) con sus posteriores ramificaciones.

En el siglo XIX el monasterio entró en un largo período de adversidades, empezando por las ocupación napoleónica (1809) y luego sufriendo la fiebre amarilla (1821). En 1835  las monjas fueron exclaustradas, pero en 1844 pudieron volver, encontrándose con las dependencias conventuales dañadas debido a su utilización como cuartel. De nuevo exclaustradas  entre 1869 y 1877, se refugiaron en Mataró y cuando regresaron se encontraron el edificio tan afectado que lo pusieron a la venta para trasladarse fuera de la ciudad; en 1881 se establecieron en el nuevo edificio situado en el Camp de Galvany (Sant Gervasi). Así mismo, este convento fue afectado en 1909, con la destrucción del nuevo edificio y la profanación de los restos mortales de las religiosas. Seguidamente las monjas se desplazaron por diversos lugares hasta que entre 1911 levantaron un nuevo monasterio en la calle mayor de Sarrià, de donde fueron luego expulsadas en 1936, durante la guerra civil. Otra vez dieron vueltas por varios emplazamientos y en 1956 pudieron inaugurar una nueva sede. Ésta, a su vez, fue expropiada en 1989 en previsión a la celebración de los juegos olímpicos de Barcelona de 1992. 
Es así que el convento fue reedificado en el predio actual en la calle Pomaret, más moderno y pequeño, de acuerdo a las actuales necesidades, con una Capilla muy concurrida por la gente y un espacio autónomo de acogida para grupos de oración de laicos. En la actualidad la comunidad está compuesta de 6 hermanas.
El sufrimiento y la itinerancia de esta comunidad contrasta con la enorme fecundidad del desarrollo de las comunidades descendientes de ella, que llegan a más de un centenar!



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